24.3.05

El Hombre que murió de pena

Hace ni mucho ni poco tiempo un hombre falleció de pena. Se dejó ir como por un tubo infernal que no acabaría con sus lagrimas de tristeza. Todo comenzó una fría mañana de abril cuando todos andabamos apresurados para la escuela o la academia o quizas la facultad.

Para todo ésto os cuento una pequeña autobiografía que no os va a incomodar. Yo provengo de una familia muy pero muy buena, mis padres son italianos y llegaron a américa por los años 30 o cuarenta casi no puedo calcular. Mi madre era casi una santa y se dedicaba todos los dias de su vida a construir su mundo familiar alrededor de una vida intensa de trabajo y consejos dedicados, bordados de aguja e hilos rojos. Mi padre era un hombre rudo y tierno.. el pilar de mi familia... él y através de él pudimos crecer en éste continente extraño.
Recuerdo aún que se contaba que viajó -éste hombre- con otros isleños de la isla de Sicilia dos o tres años antes que mis hermanos tomaran el gran Cristofono Colombo, -una inmensa construcción marina que habría de atravesar no sólo una sino muchas veces el oceano atlantico-
Pues recuerdo una vez también que mi madre contaba su primera escala en las islas de las antillas... decía : -perdoname Dios mio que no he hecho nada para merecer ésto...estaré en el infierno?. mi madre había visto por la primera vez en su vida hombres de color. Pero aquellos eran casi de un color azulino. En fin mi madre verá todo el resto de su vida gentes de todos los colores,-incluyendo el amarillo- que fueron siempre amigos que me circundaron y con los cuales viví los mejores años de mi vida.
Me rodié de gentes buenas, trabajadoras, de mi familia a quiénes quize mucho. Tuve siempre una buena moral, aquella que me inculcaba mi "Mammita" sin ningún fanatismo. Sólamente que yo instalaba en mi los domingos o las semanas "santas" a todos mis sobrinos en "linea" : para ir a misa... confesarse la tarde de jueves santo a la iglesia de los Descalzos del Rimac. Ellos como yo estabamos moralmente obligados un poco Fellinescamente a seguir ésta norma de la "Confesion" para poder pasar a los ojos de la santa Mamma , que éra muy buena, los domingos que seguían las pascuas de resurrección sin duda mucho más importantes en europa que en éste continnete de "atrazados" ... vamos pero allí crecimos...
Todo fué que luego de algunos años mi familia incrementó, se hizo más grande: Tuve mi primera hijita a quién tanto adoré, luego vinieron dos varones y mi última y preciosa Paola bendición de mi vida bella como ninguna....

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