7.1.05

El Discurso del Método

No más grande es Descartes que don Alejo Carpentier en su bravura multidimensional y artística. Su apasionado mundo del Barroco literario lo llevaron por sordidos y profundos entuertos de Port au Prince en las antillas. Desde las abigarradas bodegas de Corsarios y piratas hasta las costas nortinas de la gran Colombia o las costas atlanticas de norte américa, llegaron los nuevos sueños que se deslizaron por casas y balcones coloniales resecos de cal y arena, acariciados por la blanca espuma de un mar caribeño y de una transparencia coralinea que permite ver no sólo los baules descargados en la orilla sino la fina pata de palo del capitán.
Los olores de mar y especias inundan hoy mi recuerdo. Oh fina vieja puta de mi recuerdo en cada puerto. Cuanto osé navegar para verte. Y en mi libertad de ave, apenas puse un pie fuera de cubierta ya me baño de tu perfume nacarado de algas y de pubis. Tus finas manos cubren mi intimidad y acarician con desesperación nuestro lecho de amantes.